Especias

diferentes sabores para condimentar la mente

5.7.04

Chiítas y Sunnitas


Claudio Uriarte, columnista de política internacional de Página/12, se pregunta en la edición de ayer por la posibilidad de que tenga éxito el flamante "nuevo gobierno iraquí", una pregunta interesante, opacada por el punto de partida de Uriarte: 1- Que la invasión a Irak fue de "democracia neoliberal"; 2- Que la identidad de los protagonistas (sunnitas o chiítas) juega a favor. 3- Que si bien Allawi fue agente de la CIA y el M16, Saddam también lo fue.

Si bien esto último es cierto, ha habría que olvidar sin embargo que mientras el ex dictador trabaja para los Estados Unidos, el gobierno norteamericano no bombardeaba Bagdad, ni con misiles ni con "democracia neoliberal". Por otro lado, Uriarte destaca la división entre sunnitas y chiítas como otro factor que facilitaría el éxito: Allawi es chiíta, como el 60 por ciento de los iraquíes. Al contrario, Saddam y Al-Qaida son sunnitas. Esto explicaría la tregua entre el clérigo radical chiíta Muqtada al-Sadr y la policía iraquí para patrullar las calles contra la amenaza de nuevos atentados de la red de Osama Ben Laden. Y aquí es cuando el periodista arremete contra los "rincones británicos más proclives al romanticismo de Lawrence de Arabia", quienes niegan la presencia de seguidores de Osama en Irak. La ironía de Uriarte es propia de un columnista conservador norteamericano... y tan lejos no está de parecerlo. Sucede que no es la primera vez que Uriarte ve terroristas de Al-Qaida allí donde los norteamericanos tienen intereses concretos. Hace un tiempo, en la misma columna, señaló la posibilidad de que la red terrorista se instalara en América Latina. En ese entonces Estados Unidos acababa de lanzar el Plan Colombia.

PD: Último momento. Muqtada al-Sadr, que encabezó una feroz rebelión contra las fuerzas de la ocupación que dejó cientos de muertos prometió resistir la “opresión y la ocupación” y calificó al nuevo gobierno de Irak como “ilegítimo”.

4.7.04

Víctimas y victimarios


Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes. Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes.Con vista gorda de la policía mataron a un tipo que le daba de comer a los pibes.

Para los medios, lo grave, lo terrible, lo intolerable es la toma de la comisaría por unas horas. Vayánse a la mierda.

2.7.04

Campo versus ciudad


El título de tapa del último número de la revista El Federal hace referencia a un fenómeno nuevo: el de familias de Buenos Aires que huyen de la ciudad para comezar una nueva vida en el campo, lejos del stress de la urbe porteña. Por lo que leí mientras esperaba el colectivo 101 en el ejemplar que colgaba del kiosco de diarios, la nota trata 10 casos de personas que optaron por rehacer su vida encarando proyectos de diferente tipo. Además, la revista explica cómo empezar, los precios de la tierras, etc. Todo muy bonito.

Mientras estos nuevos capitalistas, que en los noventa se dedicaban a la importación o a la especulación financiera, invierten lo que han podido rescatar del corralito, Romero, gobernador de Salta, pone en venta una reserva natural donde viven indígenas wichis para que allí se cultive soja. Y es que la frontera agrícola de este producto exportable se va extendiendo como una mancha conviertiendo a la Argentina al monocultivo y expulsando, como sucedió en Santiago del Estero, a los campesinos que practican una agricultura de subsistencia o enfocada al mercado interno. La utopía del regreso al campo -a la que hoy adhieren los medios de comunicación de la derecha económica- solo funciona para las clases medias altas. Los pobres seguirán hacinándose en las ciudades, expulsados del campo por un modelo que prefiere dedicar las tierras a la exportación, condenando a miles a morir de hambre.